La región del norte amazónico del Brasil tiene ahora más población que se considera evangélica que católica por primera vez en la historia. 46% contra 45%, informó una encuesta de la compañía Datafolha, que muestra la preocupación del Vaticano frente a los grupos evangélicos, que al mismo tiempo apoyan de manera importante al gobierno de Jair Bolsonaro.
Según la encuesta Datafolha, la cantidad de católicos cayó drásticamente en Brasil en los últimos 25 años y perdió terreno frente a los grupos evangélicos locales como las Asambleas de Dios y la Iglesia Universal del Reino de Dios.
Este es uno de los temas discutidos por los obispos sudamericanos en el Sínodo que se realiza en el Vaticano, que considera a Brasil el país con más católicos de todo el mundo.
Según la encuesta de Datafolha realizada en agosto, a nivel nacional los católicos son el 51% del total del país contra el 32% de evangélicos.
Las principales denominaciones evangélicas han apoyado oficialmente al gobierno de Bolsonaro, quien prometió nombrar a un abogado evangélico para ocupar un lugar que quedará vacante en el Supremo Tribunal Federal – la máxima corte del país – a fin de año.
En la región norte (estados de Amazonas, Pará, Amapá, Acre, Tocantins, Roraima y Rondonia) el avance de los evangélicos fue dramático desde 2014, según Datafolha: en 2014, tras la visita del Papa Francisco en 2013 a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud, los evangélicos eran el 38 por ciento allí, contra el 56% de católicos.
Ahora, con un margen de error de seis puntos, según reveló en su portada el diario Folha de Sao Paulo, hay 46% de evangélicos contra 45% de católicos en la región amazónica, donde viven unas 25 millones de personas.
La mayor denominación evangélica amazónica es las Asambleas de Dios. Los evangélicos se instalaron en la Amazonía en 1901 mediante predicadores suecos y estadounidenses en Belém, capital del estado de Pará y segunda gran ciudad amazónica después de Manaos.
Especialistas apuntan que los misioneros evangélicos brasileños y extranjeros comenzaron a desarrollarse en la selva amazónica en los años sesenta debido a que los católicos aún daban misa en latín.
“La Iglesia Católica no tomó muy en serio el avance evangelista, pudo haber sido cierta arrogancia pero la verdad que es que hoy están preocupados”, comentó la antropóloga francesa Veronique Boyer, autora de “Expansión Evangélica y Migraciones en la Amazonía de Brasil”.
El diario Folha de Sao Paulo, cita al presidente de la Confederación de las Asambleas de Dios en Brasil, el pastor Samuel Cámara, muy conocido por sus cultos televisivos, además de ser hermano del diputado Silas Cámara, jefe del bloque evangélico en la Cámara Baja.
“No tenemos un cuartel general, un organismo centralizado e incluso hay movimientos autóctonos que son de lsa Asambleas de Dios”, dijo el pastor y citó el caso de los indígenas Xicrin, para quienes se ofrecen cultos en el idioma tribal, mebemgokre.
