Un verdadero encuentro con Cristo promueve la transformación en cada área de la vida de un cristiano. Pero para el gobierno cubano, esto es consecuencia de ideologías contrarias a las enseñanzas comunistas.
“El trabajo de los pastores no tiene un enfoque político. Sin embargo, enfrentamos problemas constantes con las autoridades cuando la gente que conoce la Palabra de Dios cambia y causa un efecto liberador verdadero en ellos”, explica el pastor Yilber en una entrevista con el blog de la organización Solidaridad Cristiana Mundial (CSW por sus siglas en inglés).
Desde 2010, el pastor ha estado experimentando persecución por motivos de su fe. Todo comenzó cuando asumió una iglesia en un pequeño pueblo en el centro de Cuba. Allí recibió una orden de prisión preventiva y fue expulsado de la iglesia y la ciudad.
Sin embargo, en 2012, el líder cristiano no dejó de hacer iglesia y comenzó a reunir personas en las casas. Como resultado, la policía comenzó a merodear por los hogares de los miembros de la iglesia, amenazándolos con perder sus empleos.
El tipo de acoso que Yilber está enfrentando no es común de parte de los gobernantes, sino por parte de diversos grupos de jóvenes, mujeres e incluso de los profesores en las escuelas. Tanta oposición maltrata no solo al pastor, sino también a su iglesia.
“Lo que más me lastima es el daño realizado a mi familia, especialmente a mis hijos. La discriminación y el odio que recibimos de las personas con las que tenemos que interactuar es muy duro”, dice Yilber.
Como solución, la iglesia continúo realizando sus actividades de forma clandestina por un tiempo. Sin embargo, el pastor confiesa que desde que hicieron las reuniones públicas nuevamente, nada de lo que las autoridades han hecho ha podido detener el trabajo de la iglesia.
